La comunicadora asistió junto a Sonia
Santoro, Silvina Molina y Mariana Carbajal, integrantes de Periodistas de
Argentina en red para la comunicación no sexista (Red PAR), a un seminario para
estudiantes de la escuela de periodismo TEA. Allí expusieron argumentos para un
tratamiento periodístico respetuoso hacia la violencia de género y el
femicidio.
“Queremos
construir una sociedad más creativa sin revertir los órdenes”, aseguró Norma
Loto ante alumnos de TEA el lunes 15 de octubre en el Paseo La Plaza. Lo hizo al
exponer sobre la violencia simbólica, un concepto establecido por el sociólogo
francés Pierre Bourdieu en la década del setenta para describir una acción
racional en donde el “dominador” ejerce un modo de violencia indirecta en
contra de los “dominados”. Aseguró que no existe culturalmente plena igualdad
para referirse a hombres y a mujeres en el uso de ciertas palabras, imágenes o
criterios estereotipados. Y sumó: “No se trata de un River-Boca, queremos los
mismos derechos en las diferencias”.
Siguiendo
con la línea de su compañera de mesa, Sonia Santoro ahondó en el uso del
lenguaje no sexista para “nombrar a las mujeres aún cuando la lengua nos dice
que no necesitamos nombrarlas”, y consideró que pese a la resistencia de
ciertos sectores como la
Real Academia Española, resulta importante asimilarlo para
ganar espacios hacia una igualdad real. “Nuestra presidenta instaló una manera
de llamarla que al principió sonó raro pero que rápidamente fue incorporado”,
agregó.
Por
su parte, Silvina Molina repasó el Manual del periodismo con perspectiva de
género, y explicó que el objetivo es lograr una mirada profesional que tenga en
cuenta el impacto diferencial que tienen los hechos en los hombres y las
mujeres, desafiando un modelo cultural dominante que ubica al hombre como el
centro del universo. “Como se aborda ahora la violencia hacia las mujeres en
los medios es un ejemplo de cómo los editores y jefes de secciones han
entendido que no se puede seguir utilizando el término de crimen pasional”, aseveró.
Al
finalizar la charla, Mariana Carbajal habló del impacto del caso Wanda Taddei
en los femicidios con fuego. Señaló que con el fallo que ordenaba la libertad
inmediata por falta de mérito del femicida Eduardo Vázquez, el entonces juez de
la causa Eduardo Niklison transmitió un mensaje a la sociedad de que “era fácil
quemar a una mujer, que no queden huellas ni sobrevivientes en un crimen
perfecto”. Carbajal manifestó que a partir de ese momento se incrementó el
número de mujeres quemadas por sus parejas, y concluyó: “Tenemos que
reflexionar sobre cómo informamos estos casos, debemos vencer el
anestesiamiento que genera la repetición y no ahondar en detalles escabrosos
sino aprovechar para dar herramientas que ayuden a las potenciales víctimas”.
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